martes, 30 de septiembre de 2008

La crisis no deja afuera a Europa y la sumerge en un desconcierto

La crisis financiera de EE UU se dirige a toda marcha hacia Europa. El pánico se apoderó ayer de los mercados bursátiles internacionales, que registraron la mayor caída de los últimos 20 años, e hizo mella incluso en los Gobiernos europeos, incapaces de detener el alud de malas noticias y de levantar un dique a la sucesiva caída de bancos.
La especulación, la corrupción y la falta de estrategias de prevención al respecto dejan al descubierto un mundo mucho más inseguro y un futuro aun peor para occidente. Oriente parecería mirar casi con total y emergente duda si está viendo desplomar frente a sus ojos un modelo capitalista que cada tanto hace estragos y no puede sostener un sistema donde la industria de las guerras y la droga no puede mantener ya su propio status quo.
Por lo que previendo esto y Europa siendo el fiel reflejo de lo que suceda en su aliado estrategico debió tomar ciertas medidas que aun no han servido para frenar semejante crisis. Algunos analistas consultados durante la tarde de ayer fueron aun mas lejos diciendo que recien se está vislumbrando apenas la punta del iceberg.
La nacionalización de emergencia de Fortis acordada el domingo por Bélgica, Holanda y Luxemburgo resultó inútil. Fortis sufrió ayer un nuevo descalabro del 23%. En una cascada imparable, la crisis se llevó por delante varios bancos, que fueron intervenidos por el sector público o salvados por sus competidores con avales del Gobierno: Dexia (Francia y Bélgica); Bradford & Bingley, (Reino Unido); Hypo Real Estate (Alemania); Roskilde Bank (Dinamarca), y Glitnir (Islandia) corrieron esa suerte. La banca española sigue a salvo de la quema.
La pregunta que sobrevuela los mercados es quién será el próximo. Incluso antes del rechazo del Capitolio al plan de salvamento de EE UU -al que siguió el desplome de Wall Street, que llegó a caer más del 6%-, las Bolsas reflejaron este panorama de incertidumbre. El derrumbe fue la tónica en todas las plazas europeas, con caídas de entre el 4% y el 8%. El Ibex estuvo ligeramente mejor (3,8%), aunque los mercados podrían sufrir hoy la resaca del naufragio del plan de EE UU, que llegó con las Bolsas cerradas.
Los bancos centrales, liderados por la Reserva Federal estadounidense, intentaron -sin éxito- salir al rescate con el anuncio de una inyección de liquidez en la divisa estadounidense de 620.000 millones de dólares. Ésa es la política que vienen siguiendo desde el estallido de la crisis, hace ya casi 14 meses, con escasos resultados. La desconfianza es sensacional: los bancos siguen sin prestarse dinero a pesar de esas millonarias inyecciones de fondos públicos con créditos a corto plazo.

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